El presidente estadunidense Donald Trump cumple este sábado sus primeros 100 días en el poder con un marcador mixto en migración, que incluye una caída récord de cruces fronterizos ilegales, pero sin avanzar en la construcción del muro ni en el freno a inmigrantes de países de mayoría musulmana.
Trump firmó hasta el momento 31 órdenes ejecutivas, varias de ellas en materia migratoria; cambió las prioridades de detención y deportación de indocumentados; lanzó una ofensiva contra el fraude en visas H-1B; y abrió una oficina para ayudar a víctimas de crímenes cometidos por inmigrantes.
Durante sus primeros 100 días buscó detener el flujo de recursos a las llamadas ciudades «santuario», pero al igual que sus dos órdenes ejecutivas hacia inmigrantes de Irán, Libia, Siria, Somalia, Sudán y Yemen, sus propuestas siguen bloqueadas por los tribunales.
Aunque su petición presupuestal del año fiscal 2017 incluyó mil 400 millones de dólares para el muro y la contratación de agentes de la Patrulla Fronteriza y de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), los fondos fueron excluidos por presiones de demócratas de la Cámara de Representantes y del Senado.
En las primeras cinco semanas de su presidencia, el gobierno de Trump duplicó el número de inmigrantes indocumentados arrestados, pese a no tener récord criminal, con un total de cinco mil 411, más del doble que los detenidos durante el mismo lapso de su antecesor Barack Obama.
Entre los casos más notables figuran la deportación de las mexicanas indocumentadas Maribel Trujillo Díaz en Ohio, y Guadalupe García de Rayos en Phoenix. La también mexicana Jeanette Vizguerra Ramírez decidió refugiarse en una iglesia de Denver, antes que arriesgar ser deportada.
Durante ese periodo, el número de inmigrantes indocumentados arrestados fue de 21 mil 735, comparado con 16 mil 535 en el mismo lapso de la administración Obama en 2016; o con los 18 mil 31 del 2015. Sin embargo la cifra es menor al récord de 29 mil 238 arrestos en 2014.
En contraste, las deportaciones de inmigrantes indocumentados experimentaron una reducción de 1.2 por ciento en el primer trimestre de 2017, si se compara con los primeros tres meses del último año de la presidencia de Obama, según las cifras.
Seis de cada 10 estadunidenses desaprueban el manejo de Trump del tema migratorio, de acuerdo con una encuesta realizada por la cadena CNN con motivo de los primeros 100 días de su gobierno.
Aunque Trump sostiene que los más de 750 mil «dreamers», la mayoría mexicanos, no son prioridad de deportación, el procurador general Jeff Sessions mantiene que toda persona indocumentada es candidata a la deportación.
En la actualidad, el juez de San Diego, Gonzalo Curiel, examina el caso del mexicano indocumentado Juan Manuel Montes, cuyos abogados sostienen que fue deportado erróneamente a pesar de contar con los beneficios del Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA).
Aún sin los fondos para la construcción del muro, el Departamento de Seguridad Interna (DHS) continúa el proceso de evaluación de prototipos, en momentos que las cifras de detenciones de inmigrantes indocumentados en la frontera sur del país ha registrado descensos significativos.
El secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, reportó a principios de abril al Congreso que el número de personas detenidas tratando de cruzar de manera ilegal a Estados Unidos a través de México experimentó un «fuerte descenso» de alrededor del 71 por ciento, comparado con diciembre de 2016.
En materia de inmigración legal, el DHS inició la consideración de nuevos procedimientos de revisión de viajeros, incluida el potencial escrutinio de los hábitos de los visitantes foráneos en las redes sociales, para lo cual tendrían que revelar las contraseñas de sus dispositivos móviles a las autoridades migratorias.
Para la inmigración altamente calificada, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva que ordena a las agencias federales revisar los programas que permiten traer a Estados Unidos a extranjeros con altos niveles educativos, incluido el popular programa de visas H-1B.
El plan presidencial contempla reformar el programa que asigna al azar 85 mil visas anuales a inmigrantes altamente calificados, en especial en las disciplinas STEM, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por las grandes empresas cibernéticas como Apple, Google y Microsoft.
Bajo las líneas generales de la propuesta de la Casa Blanca, las visas buscarán ser entregadas a los solicitantes más calificados con los más altos salarios, siempre que su llegada no desplace a un trabajador estadunidense.
Aún antes de la implementación de los cambios, Estados Unidos registró este año la primera disminución en un quinquenio de solicitantes de la visa H-1B, de un total de 236 mil en 2016 a 199 mil en 2017.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) realizará ahora un escrutinio más riguroso cuando efectúe visitas en todo el país a los peticionarios H-1B y lugares de empleo de trabajadores H-1B, a fin de confirmar que no hayan desplazado a trabajadores estadunidenses.
Fuente: https://www.terra.com/